Un paisaje de dehesas.
Frente a la solución convencional de casa en medio de la parcela, se toma la decisión de desarrollar el conjunto del programa en una planta peraltada sobre la humedad del suelo. Una construcción independiente de lo salvaje del terreno.
Un volumen sencillo organizado en tres cuerpos. Entre el plano de la terraza y la caja de dormitorios, se levanta un pórtico con la apariencia de 15 metros de vano bajo el cual discurre el espacio de la estancia principal y el patio de acceso.
Una treintena de árboles entre plátanos, nogales y castaños, que crecerían y dejarían un claro, un lugar en el mundo para una vivienda de fin de semana, un refugio para la intimidad del cliente. Pensada con la idea recurrente de la habitación única e independiente, a la que, paradójicamente, parece corresponderle la ficción de una extensión ilimitada de la parcela.
